lunes, 21 de septiembre de 2009

ROCK & ROLL SUICIDE

Este cuento debe tener unos 10 años...( sin comentarios)


OTRA CERVEZA, POR FAVOR

Sábado por la mañana, mi cabeza es el bombo de una banda de Rock & Roll animal. Los cigarrillos del insomnio son ya una cajetilla vacía de sueños, mi garganta rasgando como una guitarra distorsionada de los Sonic youth, la cerveza hierve y quema mi ombligo. Puedo sentir el hedor de una noche muerta enganchada a mi piel. Los ojos de Jim Morrison se clavan en mis pupilas, un chirrido de mi voz susurra como un chacal, “this the end, my only friend, the end…”; realmente hace tiempo que mi relación con el alcohol esta llegando a extremos de separación y de cada uno por su lado; tengo que ducharme, limpiar las mantas, ordenar libros y discos, y, joder, dejar de beber, deja de fumar, y arreglar mi puta vida.
Me incorporo, temblando y arrastrándome por el apartamento, miro la plaza encendido en armonía infantil, algo así como un caos de gritos, risas, lloros, sonido de bicicletas y patinetes, madres y padres diciendo tonterías insustanciales; todo inacabable eterno. Recojo del suelo un disco hasta subirlo al máximo volumen.
Me siento junto a la ventana, allí donde aterrizan todos los rayos de sol.
Pienso en Bukowsky y pienso en Cortázar. Hay que tomar una determinación, después de todo, esto no esta tan mal. Paso por el estanco y compro una cajetilla de Galousses, paseo hasta el bar de la estación. Me siento al sol, a pensar donde ir esta noche en busca de ojos cósmicos; entre divagaciones, letras y caladas, nada mejor que unas jarras del color de la miel. Es sábado y todo brilla a mi alrededor, será un buen día…” otra cerveza, por favor”.

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