miércoles, 6 de mayo de 2009

MI PRIMER CUENTO...



un viejo cuento... mi primer cuento publicado... ilustración original de la revista, por Xavi Vallespí




BEBER PARA OLVIDAR (un relato romántico para Mireia: contigo a la luna)

Después de haber estado bebiendo todo el día buscando la inspiración, se había quedado dormido sobre la máquina de escribir. El redoble de las campanas de le despertó de golpe y perdido, extraño y asustado tragó media botella de cerveza turbia, se incorporo tambaleante subiéndose los pantalones hasta el ombligo inflado, como el de un niño del tercer mundo.
En la calle el sol sudaba y el olor a rancio de su ropa la provocó una arcada, aceleró el paso hasta el monasterio y sus redobles, tapándose con una mano la boca que se iba hinchando en grumos y líquido corrosivo, estallando sobre la puerta carcomida, sonando y brillando como una fuente de fuegos artificiales. Le calmó el frescor helado y espiritual del interior de la iglesia, calando hasta los huesos, que se encogieron al ver sobre el púlpito aquella condenada caja de madera.
Acurrucado como un niño temeroso siguió la ceremonia desde la última fila; alguien sin rostro le entrego una de esas feas tarjetas fúnebres…, aquel nombre en oro le era tan familiar, lo sentía tan adentro… y de repente, después de tanto tiempo su mente aterrizó sobre el planeta, era como si sus eternas borracheras le hubieran hecho olvidar algo, tanto tiempo al margen del mundo que odiaba, no le había permitido terminar lo que se ha de terminar.
Su respiración se entrecortó y una aguja atravesó su corazón; con lágrimas en los ojos salió corriendo. El sol se difuminaba en nubes como las barbas de Hemingway; estaba confuso y al igual que en tiempos olvidados “¿Qué puedo hacer?” se revolvía en su cabeza.Caminó, demasiado sereno, hasta el bar de la estación, pensando en todas las mujeres que había intentado amar,
sin poder recordar un nombre, ni tan siquiera un rostro, pero aquella maldita tarjeta fúnebre…- la hizo trizas-… “¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?”.
Bebió una cerveza tras otra, con pequeños descansos para encender pitillos, el sol cayó y un rayo de la luna reposó sobre la barra del viejo bar; ELLA se acercó, por detrás, susurrando:- ¿Qué pena te hace beber de ese modo salvaje?- Él la miró, con naturalidad, como si ya la conociera, clavando la mirada en sus ojos en sombras, tan tristes y desesperados como los suyos. Sonrió sarcástico: - ¿Quieres un trago?- ELLA pidió algo fuerte. Bebieron juntos un rato, en silencio, sin mirarse, pero observándose.




-¿Puedes decirme ahora que pena entristece tus ojos… y tu corazón?- Él respiró profundo y volvió clavar la mirada sobre los ojos en sombras:-ELLA ha muerto.-
- ¿Quién es ELLA?-
- Mi AMOR… -
Siguieron bebiendo en silencio, pero ahora mirándose al fondo.
-¿Cómo se llamaba? ¿Cómo era?-
-No importa sé quién era… y nunca la conocí…o la olvidé no sé dónde… no se cuándo… me perdí y no supe salir, demasiado tiempo solo… y lejos.-
La luna entró por completo en el bar casi cegando las arraigadas miradas la calma se había apoderado de la noche en la ciudad y el resto de la gente corriente ya no existía.
-¿y tú? ¿Porqué tu tristeza?-
Ella reposó su mano, suave, fría, eléctrica; sobre la de él, cansina, temblorosa, ardiente; un escalofrío estremeció cada rincón de su alma, que parecía evaporarse, elevarse y flotar, con ELLA… - Porque estoy muerta.





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